Existen muchas variantes en
el aspecto evolutivo de las organizaciones y si bien es cierto, la evolución va
de la mano con el desarrollo. Un desarrollo organizacional involucra una serie
de pautas, normas y procesos que se llevan a cabo con el fin de mejorar
directamente la efectividad productiva y el crecimiento de la organización.
Pero, ¿Que tiene que ver la ética con todo esto? A menudo somos parte de planes
para el mejoramiento de la empresa en la que laboramos y la mayoría de las
veces no lo sabemos, la ética en el desarrollo organizacional cumple un papel
primordial porque si no la hay, no puede haber un desarrollo equitativo y por
ende, el resultado no será satisfactorio.
Debemos entender que el
desarrollo organizacional es el reflejo de una necesidad, la cual induce al
avance con el fin de erradicar de raíz muchas tendencias a estereotipos que
conllevan a una mala práctica laboral, en síntesis, el desarrollo
organizacional cumple un papel educativo
que busca el cambio de creencias e ideales muchas veces ortodoxos.
El mundo se encuentra en una
fase de cambio bastante agitada, en la cual la tecnología está a la cabeza de
todo tipo de movimiento evolutivo. Esta etapa agitada, busca dejar a un lado el
sedimentarismo laboral y buscar mejorar las actitudes, cualidades, valores y
virtudes de las personas con el fin de
incrementar la satisfacción laboral, la predisposición a los nuevos retos y la
productividad al desarrollar organizadamente cuanto plan se encuentre bien
pensado y previamente estudiado.
En fin, la ética es sin duda
alguna, la clave del éxito del desarrollo organizacional al buscar la perfección
del mismo, y la ejecución bien elaborada del plan de desarrollo. No existe un
después sin un antes, no existe desarrollo organizacional alguno sin ética.
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