“Mamá, mamá! Me encontré
esta tarjeta de recarga en el suelo, yo vi cuando a una señora se le calló pero
yo me la metí a la bolsa y me fui! – A bueno
que dicha no tenía saldo ya-” Esta fue la pequeña conversación entre un
pequeño y su mamá, que esta mañana escuche al salir a pasear a mi perra por la
calle, inmediatamente recordé las palabras que me dijo me madre una vez que
encontré una moneda de veinte colones en el patio del vecino –Anda y deja eso
ahí mismo, que esté en el suelo no quiere decir que esté botada…- y yo apenado
pero reflexionando sobre lo que había sucedido, fui y la deje donde la encontré.
¿Por qué este niño no
devolvió esa tarjeta a la señora? O quizá la interrogante mayor sea ¿Por qué su
mamá aplaudió la acción errada de su hijo? Analizando un poco la situación
llegue a la conclusión de que esa madre y ese niño comparten el mismo
pensamiento que comparte una Costa Rica consumida por una sociedad llena de
antivalores., pensamiento que muchas personas, al igual que esa madre, se hacen
de la vista gorda con el fin de beneficiarse ellos sin pensar en el daño que
pueden hacer a los demás indirectamente.
Nuestra sociedad ha dejado
de ser una sociedad de valores como la responsabilidad, el respeto, la
sinceridad, la honradez y ha pasado a ser el blanco de la mediocridad, de la
irresponsabilidad y del irrespeto, pero sobre todo, de la deshonestidad.
Hoy en día, vivimos bajo
tanto estrés del trabajo, de la familia y de las personas a nuestro alrededor,
que no nos damos cuenta que para salir del paso, hacemos o dejamos de hacer
cosas que nos conducen a ser personas superficiales sin pensamiento ni ideales
propios, dejamos a un lado nuestras virtudes, esas facilidades que teníamos de
nacimiento para poner en práctica valores muy arraigados a nuestros principios
sociales o religiosos y todo por salir del paso. Nuestros hijos crecen con más influencia del televisor
y del internet, de sus “amigos” y de la calle, que de nosotros mismos como
padres. ¿Qué valores pueden versen reflejados en nuestras familias, que son la
base de la sociedad, si permitimos que nuestros hijos roben o hagan lo que
quieran sin corregirles? Ninguno…
solamente veremos reflejado antivalores que crecen a pasos agigantados en
nuestras narices y que calan en lo más profundo de nuestro ser costarricense
quien reciente la perdida de nuestra identidad y principios.
La solución no está en la
violencia ni en la opresión de los infractores de las leyes, la recuperación de
nuestra sociedad está en nuestras casas, en nuestros hogares, en nuestras
manos. Debemos empezar por practicar los valores que aprendimos de nuestros
abuelos y padres, debemos explotar nuestras virtudes, debemos dar ejemplo con
hechos para que nuestros hijos el día de mañana, no caigan el rol valeverguista
e insensible en el que se mueve nuestra sociedad., pero lo más importe, el buen
ejemplo se debe dar para que nuestros nietos no reciban como respuesta a sus
errores un: “A bueno, que dicha no tenía saldo ya”.
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